Declaración de la Escuela, respecto a caso "La Nación"

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Compañeros, para nosotros es necesario hacernos parte de la declaración pública que emitió la dirección de la Escuela respecto al caso del diario La Nación. Aquí lo republicamos, pues esperamos opiniones y porque nos sentimos plenamente identificado como Centro de Estudiantes, con la opinión que tienen nuestros profesores de esta coyuntura.


DECLARACIÓN PÚBLICA sobre situación de diario LA NACIÓN
Ante la situación que afecta al diario La Nación y el debate que se ha producido en torno a él, la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso ha emitido la siguiente declaración pública.
El cuerpo académico de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de  Valparaíso (PUCV) manifiesta su rechazo a cualquier acción que signifique la desaparición del diario La Nación , pues considera que se trata de un medio que diversifica y ayuda a democratizar el espacio público nacional. Si dejara de existir se correría el riesgo de fortalecer y restringir aún más el actual escenario de la prensa escrita nacional, con la acción comunicativa prácticamente exclusiva de un duopolio de grandes consorcios
 "La Nación", como medio amparado en el Estado, ha podido expresar, en distintos períodos y bajo distintas modalidades, temas y contenidos que el mercado no propicia o que no forman parte de la agenda de otros medios, ya sea por opciones ideológicas o compromisos editoriales diversos generados, principalmente, por motivos de tipo económicoSu relación con los gobiernos de turno, si bien en general ha sido de cercanía y apoyo, como fue el caso de su antecesor el Cronista en tiempos de dictadura, también ha generado casos de valioso periodismo independiente con elevados índices de lectoría como ha sido el de "La Nación Domingo", con repercusiones y comentarios en la semana.
Es que "La Nación",  desde que fuera fundada en 1917, siempre ha sido un medio con identidad que ha evidenciado un compromiso con desnudar  las falencias de nuestra sociedad. Al respecto, el escritor Alfonso Calderón se preguntó en 1993 por qué Joaquín Edwards Bello había permanecido tanto tiempo en "La Nación", teniendo la posibilidad de desarrollarse en otros medios y en otras actividades. Su respuesta fue simplemente porque trató de cambiar los hábitos de este país, denunciando la viveza criolla, los acomodos, los negociados, la presencia de los gestores, la tipología de los venales y a cuántos, en vez de amar a su patria, la mamaban sin tregua .
A "La Nación" se la ha acusado de ser un diario de trinchera , calificativo con que se la ha pretendido denostar, cuando esa función política alguna vez todos los medios la han cumplido. Lo que sucede es que otros actúan desde una pretendida objetividad o tratamiento ponderado de las informaciones, cuando lo que hacen es encubrir sus opciones y preferidos.
Al contrario, el diario estatal hizo antes del Gobierno actual porque hay que distinguir que Estado y Gobierno no son sinónimos- una declaración explícita de su línea editorial con el fin de evidenciar el marco de sus planteamientos y puntos de vista. Con eso se pretendió hacer un ejercicio de sinceramiento renovador del espacio público, para no incurrir en la estratagema clásica de invisibilizar las opciones propias en una falsa apariencia de neutralidad, con tal de captar a lectores no avisados o simplemente ingenuos.
Todo medio cuenta con una opción editorial, a pesar de que haya algunos que no la expongan en una página específica.
"La Nación",  además, se ha convertido con el tiempo en un importante medio de referencia, con altos niveles de lectoría en papel los fines de semana y más aún con una elevada cantidad de visitas en su sitio web, las que se empinan por sobre las 180 mil  únicas sólo en los domingos. Eso da cuenta de un proyecto editorial que establece sintonía con los lectores, que relativiza los juicios sobre su baja incidencia y que da cuenta de una vigencia en distintos soportes.                
De allí que la permanencia de "La Nación" sea una aspiración intransable, al igual que su independencia del Gobierno de turno. Podrá discutirse si se la transforma en una empresa estatal autónoma o de otro tipo, pero no puede dejársela al arbitrio sólo del mercado, sobre todo cuando se ha visto que éste no ofrece los resguardos para un abanico amplio de opciones editoriales.
El Estado debe cumplir su rol subsidiario en un área que sufre fuertes distorsiones y que ha provocado la desaparición de proyectos importantes, como La Epoca , por ejemplo. También de este modo se puede hacer una opción por descentralizar el espacio público nacional y propiciar la existencia de nuevos medios en regiones.
Finalmente, hacemos presente nuestra solidaridad con los periodistas de "La Nación",  cuya opinión creemos-  debe ser consultada  e invitamos a los profesionales de la prensa y a los docentes de otras Escuelas de Periodismo a pronunciarse sobre este importante tema.

Cuerpo Académico
Escuela de Periodismo PUCV
 Curauma, Valparaíso, 18 de mayo de 2010

3 Comentarios:

Esteban dijo...

Estoy de acuerdo en que no debiera cerrarse el diario, pero no comparto los argumentos que se exponen para defenderlo.

Se le ha acusado de ser un diario de trinchera y se plantea que todos los medios escritos han cumplido dicho rol en algún momento; sin embargo, para mí, la gran diferencia es que los "otros medios" son privados y, por lo tanto, pueden defender legítimamente la ideología, corriente o foco de interés que les plazca, mientras un medio estatal debiera estar por sobre todo ello e intentar abarcar la mayor cantidad de visiones posibles.

La Nación se ha destacado en el último tiempo por alinearse con el gobierno de turno, lo cual no se condice con su raigambre "estatal" y no de "gobierno".

Nadie niega que el duopolio Copesa-El Mercurio acapara la agenda, pero ello no implica que el diario estatal deba actuar como opositor.

Lo ideal, en mi opinión, sería que La Nación aprovechara para aglutinar diversas opiniones respecto a temas que no tienen cabida (medioambiente) o respecto a los cuales la ciudadanía carece de información (reforma tributaria), para así generar debate.

Por ello, estoy de acuerdo en que no debiera cerrarse, pero creo firmemente en que requiere una profunda cirugía que extirpe su vinculación con el gobierno de turno, dando paso a contenidos nuevos y a la diversidad del país más allá de lo que presenta en su edición dominical.

Saludos desde México

Pikachu dijo...

Pero Esteban, los "otros medios" son prácticamente todos. Nosotros como futuros periodistas ¿vamos a hacer eso? ¿Defender la ideología de los privados? ¿Sobar el lomo de Agustín Edwards o Álvaro Saieh? ¿Para eso los años de estudio? ¿Sólo estamos destinados a arreglar la ortografía y la redacción de lo que aparece en los medios mientras el contenido nos lo soplan por el oído?

Si eso es así, estoy preocupado. Si vamos a reflejar lo que ellos quieren, estoy preocupado. Si me dicen que de eso trata el ser periodista, voy buscando otra carrera.

¿Dónde revelamos los problemas de verdad, los que realmente aquejan a Chile, los problemas que nos hacen estar donde estamos, los que siguen haciendo un país de pocos en vez de uno para todos? Personalmente, viendo como los medios evaden, encubren y manipulan la información me siento irresponsable como (futuro) periodista.

Si hay que hacer prensa alternativa, hagamos prensa alternativa. Si hay que aguantarse los juegos políticos de la partidos chilensis, aguantémoslo. Si vemos a gente de brazos cruzados, hagámoslo notar y pongamos las manos a la obra. No transitemos en el periodismo, transformémoslo.

Esteban dijo...

Nadie te dice que estás impedido de hacer todo eso que dices. Si quieres hacer prensa alternativa eres libre de hacerlo y ojalá puedas defender los temas que crees que es necesario discutir y no tienen cabida en los medios tradicionales.

Creo que es un poco arrogante decir que uno tiene la facultad de presentar los problemas que aquejan de verdad al país; uno puede tener su visión crítica, estar en desacuerdo con un montón de cosas y pretender ser agente de cambio, pero de ahí a pretender llevar la receta de la verdad al mundo... no sé, ¿quién eres tú para decir cuáles son problemas reales y cuáles no, o qué soluciones son las mejores?

Por otro lado, nada de lo que dices va contra mi argumentación respeto a La Nación. Ningún medio estatal debiera ponerse en defensa de ningún interés particular, sino intentar plasmar la mayor cantidad de ángulos posibles, cosa que hoy La Nación no hace.

Y en ningún momento estoy diciendo que hay que sobarle el lomo a Edwards, sólo creo que están en su legítimo derecho de defender sus propios intereses invirtiendo recursos particulares. Si alguien tiene una visión distinta u diametralmente opuesta, ojalá que abra su propia vitrina y la exprese, pero no tiene por qué hacerlo con recursos de TODOS nosotros.

Un saludo