"Curauma tiene una pena", por Francisco Rivera

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Curauma tiene una pena que no la puedo callar. Al igual que con el Transantiago, con el campus Curauma nos prometieron la gloria. Desgraciadamente, recibimos mucho menos que eso. No me malinterpreten, sé que el nuevo Campus ofrece mucho más de lo que podíamos obtener en nuestras antiguas escuelas, sin embargo, existen deficiencias de bastante peso que todos sufrimos día a día. Estoy seguro que la mayoría compartirá conmigo este sentimiento. Levántate, Huenchullán.



En Curauma las colas están de moda. Hay colas para tomar el bus, para comer y para fotocopiar. Pero eso no es lo peor, lo más impactante y cansador es tener que estar atento al momento exacto en que hay que correr como caballo desbocado y pelear prácticamente a codazo limpio un puesto en el bus que está saliendo. Sin duda, para todos esto es un elemento muy estresante y que disminuye enormemente la calidad de vida que uno espera en un campus que, supuestamente, es la última chupá del mate. Levántate, Curimón.

Nunca me gustó que los establecimientos de las universidades estuvieran alejados de la ciudad, me parece que esto va totalmente en contra de los ideales de la Universidad. A mi entender, ésta debe afectar e influir en la comunidad con su conocimiento, y ésta última, debe nutrir de experiencia urbana a las diferentes casas de estudio. Si no se está cerca de nada, esta enriquecedora relación simbiótica se pierde y los estudiantes que salgan de esa universidad serán profesionales deslocalizados e incapaces de intervenir en el entorno en el cual se encuentran. Levántate, Manquilef.

Sin embargo, si pensamos esto último en lógicas de mercado, todo tiene mucho sentido. Si se aleja lo suficiente a los estudiantes de cualquier centro urbano, la posibilidad de establecer precios altos está a la mano, como por ejemplo con la comida. Mantenerse con una buena capa de grasa en Curauma es caro, más aún para un bolsillo estudiantil que sólo posee unas cuantas chauchas. La marginalidad alimenta y hace crecer como un chanchito feliz al monopolio. Levántate, pues, Callfull.

La marcha blanca en Curauma pasó hace rato, sin embargo, todos tenemos penas aún no resueltas. De esta manera, la pregunta cae por sí sola, ¿qué dicen las autoridades al respecto? Y la verdad, desgraciadamente, es que no dicen nada. El mutismo, o por lo menos las respuestas esquivas, son la política comunicacional de los encargados del correcto funcionamiento del proyecto estrella de la Católica de Valparaíso. Semana a semana, los distintos Centros de Estudiantes de Curauma han presionado para que se cumplan las promesas que se hicieron el año pasado, pero lo único que han conseguido son excusas y evasiones. Levántate, Callupán.

Actualmente, el sentimiento de hastío por las deficiencias continuas y casi interminables, está creciendo. Día a día, son más los que creen que esto podría ser mejor, y día a día, hay más que creen que para que sea mejor, es necesario que los estudiantes se muevan. Si se lo dejamos a ellos, fácilmente, podríamos esperar hasta la llegada del nuevo Mesías. El gran guerrillero (me refiero al “Che”) una vez dijo, “prefiero morir de pie que vivir arrodillado”. Hoy estamos viviendo arrodillados, compañeros. Levántate, Pailahuán.

2 Comentarios:

●₪[Diego]₪● dijo...

Excelente post, Pancho.

Concuerdo en muchos aspectos contigo, compañero.

Saludos. Nos vemos mañana en la Asamblea!

Victorrrr dijo...

¿Qué es el más duro entrenamiento militar al lado de la odisea de volver de Cuarauma a Valpo después de las 6?